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VOTANTES
Las urnas electorales son grandes y hospitalarias. De momento dejan hueco suficiente para admitir muchas más papeletas de las acostumbradas. No hay pues peligro de explosión, ni siquiera de explosión demográfica, si los inmigrantes son invitados a participar de esas fiestas democráticas que son las elecciones. Se ha conocido estos días la intención gubernamental de ensanchar los censos de voto hasta el límite más preciso de la ciudadanía. Es decir, hasta que abarque no sólo a los indígenas sino también a los no nativos que lleven cierto tiempo viviendo en España, trabajando en nuestro suelo, consumiendo en nuestras tiendas y padeciendo nuestra televisión, nuestro clima y nuestra obsesiva inclinación por el fútbol y el ruido. Está bien. Diría más: no es que la medida esté bien ni mal, sino que cumple escrupulosamente los requisitos de una lógica elemental. Uno no debería votar donde nace, sino donde pace. Aparte de eso, supondría un paso más hacia lo que llaman normalización y que bastaría con llamar normalidad. No hay antídoto más efectivo contra la xenofobia –y, de paso, contra la inadaptación de los venidos de fuera- que el reparto equitativo de derechos y deberes, que es en definitiva lo que se ventila en unas elecciones: no tanto quién gana, sino en qué medida nos disponemos los votantes a asumir las reglas del juego. Por eso creo que se equivocan quienes han tratado de ver en la propuesta del Gobierno un afán recolector, el intento de ganar para sí los votos de la población inmigrante. Pensar eso es desconocer no ya la mentalidad del extranjero –las mentalidades, en un vasto y muy diverso plural-, sino la condición humana. Ni el pobre vota forzosamente a la izquierda ni el mejor asentado simpatiza con la derecha conservadora, igual que viene ocurriendo con los votantes locales. Las preferencias de la población inmigrante no provocarán vuelcos políticos, ténganlo por seguro. Su derecho al voto sólo hará que los candidatos se tienten más la ropa y ninguno cometa el error suicida de discriminarla en sus programas.
Publicado en Diario de Navarra, 19.8.06.
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2006-08-23 09:29 | 4 Comentarios
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Comentarios
1
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De: David |
Fecha: 2006-08-23 10:40 |
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¿Y qué me dices de CiU que ahora pide un poco de tiempo para ver si esto le va a hacer daño a Cataluña?
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2
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De: JMR |
Fecha: 2006-08-24 09:16 |
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Claro, los menos favorecidos serán por lógica los partidos nacionalistas. Pero tampoco son raros los casos de inmigrantes que abrazan el nacionalismo del lugar creyendo que así serán mejor acogidos, buscando un reconocimiento mayor.
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3
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De: David |
Fecha: 2006-08-24 09:44 |
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cierto
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