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{ Bitácora de José María Romera. Artículos de prensa y otros escritos }

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    EL GRITO



    Si el concejal Eskubi no quiere decir «Viva San Fermín», que celebre las Fallas de Valencia. Hasta ahora el dichoso chupinazo festivo había venido acompañado de controversias varias, especialmente de dos tipos. Una era de carácter humano, y la provocaba el criterio de elección del encendedor de turno. El encendedor humano, quiero decir, o sea, el hombre o la mujer designada para prender la mecha. La otra rayaba con la sofisticación filológica porque versaba sobre la traducción al euskera de los vivas a San Fermín y todo su cortejo de vocativos, dedicatorias y desideratas. Lo que nunca se había sometido a discusión era el propio grito, más de guerra que piadoso, de «Viva San Fermín». El concejal Eskubi, quien como buen pamplonés debería darse con un canto en los dientes por haber recibido el encargo de lanzar el cohete, ha puesto sobre la mesa otro nuevo problema, éste de conciencia. Un respeto, que hablamos de principios. Dice el designado que, dada su condición de agnóstico, considera improcedente dar vivas a un ente celestial por muy de la tierra que éste sea. Desde el punto de vista lógico no le falta razón. Al contrario, su argumento es impecable. Ahora bien, hasta los más fervientes devotos saben de las dudas históricas sobre la existencia del santo moreno, y no por eso proponen cambiar de grito. Las decenas de miles de personas que el día 6 de julio se apiñan en la Plaza Consistorial y corean al unísono el «Viva» no parecen muy embargadas por el sentimiento piadoso, y sin embargo también lo repiten hasta rabiar. En Pamplona y en julio, decir «Viva San Fermín» es como formular en tres palabras y al mismo tiempo un saludo, un deseo, una consigna de alegría, un santo y seña juerguista y un signo tribal. De acuerdo que la fórmula es un poco santurrona, pero es la fórmula. O se toma o se deja, creencias aparte. Debería saber el concejal Eskubi que el privilegio de encender el chupinazo festivo no lleva aparejado el derecho de cambiar el guión, y mucho menos el de dar la nota. Si el día 6 no quiere dar el preceptivo viva a San Fermín, que deje su lugar a otro y vaya él a celebrar la Tomatina de Buñol.

    Publicado en Diario de Navarra, 1.7.06
    ___________________________________________________

    2006-07-03 15:55 | 5 Comentarios


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    Comentarios

    1
    De: Ignacio Fecha: 2006-07-04 00:11

    Oye que los de Buñol no te hemos hecho nada!



    2
    De: JMR Fecha: 2006-07-04 08:57

    No, si hablo de Buñol porque allí la gente la emprende a tomatazos sin necesidad de dar previos vivas a ningún santo, que es lo que parece preocupar a este hombre. Sin más.



    3
    De: Anónimo Fecha: 2006-07-05 14:33

    Lo siguiente qué será…¿cambiar los toros por corderos? Y sin clavarles la puntilla, claro, sólo un pequeño puntapié. Hay personas que aspiran alcanzar privilegios políticos y sociales para renacer deseos personales, rebelándose a la servidumbre del cargo. Se les agradecería que antes de predicar se parasen a pensar. Mi primo Pablo, que es un marciano versado en poesía popular, gusta de amenizarnos las comidas familiares con alguna perla que nos haga bajar la digestión de una manera dulce y divertida; en una de las últimas reuniones, y recordando a cierto personaje, nos obsequió con el siguiente llámese como se quiera: “Clamé al cielo y no me oyó, mas, si todas las puertas me cierran, clavo la _ _ _ _ _ _ en la Tierra y de aquí no me mueve ni Dios”. El fondo del enunciado filosófico-utilitarista no es de gran complejidad pero encierra una gran sabiduría individualista no apta para llevarla a la práctica en acontecimientos sociales que exigen ciertos rituales ancestrales que afectan y emocionan a gran parte de la comunidad donde se practican. Quizá el Santo San Fermín hizo caso omiso a las plegarias del señor concejal cuando era niño o quizá se trate, como afirma, de un agnosticismo exacerbado que le lleva hasta la náusea, el caso es que ha planteado clavar el chupinazo en el cielo de manera innovadora, por encima del sentimiento en vena de miles de personas; y a juzgar por las reacciones en algo se ha debido equivocar: “el que quiere nacer, tiene que romper un mundo”, dijo Hermann Hesse…no fastidiar el comienzo de unas fiestas (y la historia demuestra que tampoco eso es garantía de nada). ¿Viva San Fermín?!!!, (yo me voy a la playa a ver la proliferación de medusas en la costa).



    4
    De: "Karaoke", de Alicia Esker Fecha: 2006-07-09 13:37

    ¿Y qué comentario merece el karaoke de la Barcina?

    Del Diario de Noticias:

    HAY muchos tipos de apego al micrófono, casi todos ligados a un excesivo afán de protagonismo o a una vocación frustrada de ser estrella de la canción. El micrófono tienta, qué duda cabe, pero para eso están los karaokes. Uno va, se enchufa, coge el micro, paga por la canción que quiere y la entona como puede y ya está, se acaba su turno y le toca a otro. La gente no puede llevarse a un karaoke un micrófono de casa, ni interrumpir cuando otro canta. Eso no está bien. Por eso sorprende el karaoke que vimos ayer en el balcón del Ayuntamiento con micrófonos ocultos y gritos a destiempo. Que la cosa no es así, que la fiesta, la nuestra, la de Pamplona, es anónima y no hay más protagonista que la gente y la ciudad.



    5
    De: Delfín Fecha: 2006-07-10 22:00

    Para troncharse. Lo del concejal, y lo de la alcaldesa. Como han oído decir que los sanfermines son una fiesta de renombre universal, creen que con estas trampas de tahúr de medio pelo van a dar la gran campanada. El comentario de Alicia Ezker es muy oportuno.



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