ves esta página sin formato por que esta hecha cumpliendo el estándar web CSS 2.
tú navegador no soporta este estándar, o tienes dicho soporte desactivado.
si estas en el primer caso,
actualízate. merece mucho la pena.
Inicio >
Historias > BELLAS
BELLAS
Se busca la palabra más bella del español. Lo hacen, vía internet, los promotores de una web que en torno al Día del Libro coronarán con todos los honores a la reina del diccionario. En principio no pasa de ser una curiosidad anecdótica, un entretenimiento más para una sociedad a la que le gusta hacer campeonatos de todo. La palabra más bonita, el bocadillo más grande, el pico más alto, el ayuntamiento más corrupto: materiales que se pueden encontrar diariamente en los periódicos y al final pasan sin pena ni gloria y sin dejar ningún rastro en el recuerdo. Ciertamente es un absurdo pretender que una sola palabra se imponga a las demás por su superior hermosura. Ese valor dependerá, entre otras cosas, de las vivencias particulares de cada hablante. Para el sediento no habrá término más grato que «agua», pero el perseguido soñará con «libertad» y los enamorados, claro es, dirán «amor» sin pensárselo dos veces. La gente apresurada se inclinará por «ya» o por «reloj», mientras que «dulce» sonará bien a los golosos, «dinero» a los pobres y a los codiciosos, «sueño» a los dormilones y fantasiosos y «nostalgia» a los viejos y a los memoriosos. Va ser, pues, una votación que de puro democrática acabará arrojando resultados tan arbitrarios como lo es el lenguaje mismo. Pero la gracia de la encuesta está en lo que las respuestas revelen acerca del contestador de turno. El presidente Rodríguez Zapatero ha elegido «generosidad», casi un sinónimo de ese «talante» que parece llevar por lema. Y el opositor Rajoy, en un rapto de inspiración inhabitual en él, ha propuesto la palabra «palabra». Lo cual no quiere decir que el uno sea generoso y el otro elocuente: suele suceder que nos definimos por aquello que nos falta y no por lo que nos define. Por eso las voces más votadas por el público en general están siendo hasta el momento las que se supone propias de los poetas, la mayoría de ellas tan cursis que acabarán colocando en el primer puesto términos como almíbar, merengue o confitería. Decía Julio Camba hablando de la lengua italiana que lo bello no son las palabras, sino la boca que las pronuncia. Tenía toda la razón. Los idiomas y sus componentes pueden ser tan feroces como deliciosos; con frecuencia, en la mayoría de ellos no hace falta siquiera conocer el significado de los términos para sentir su caricia o su zarpazo. La palabra más refinada del mundo pierde la belleza si se emplea con mala intención, al igual que la malsonante adquiere cierto esplendor y hasta no poco de musicalidad cuando alguien la deja caer con gracia o con cariño. Dentro de unos días conoceremos el nombre de Miss Palabra del castellano, pero no se dejen deslumbrar por eso. Las hay a miles.
Publicado en El Correo, 9.4.06
____________________________________________________
2006-04-11 13:26 | 2 Comentarios
Referencias (TrackBacks)
URL de trackback de esta historia http://romera.blogalia.com//trackbacks/39065
Comentarios
1
|
De: Delfín |
Fecha: 2006-04-11 16:13 |
|
Este es el enlace con la página de la convocatoria.
|
2
|
De: Anónimo |
Fecha: 2006-05-02 19:59 |
|
Bastante afín a sus palabras; cuanto más nos sentimos reflejados o aludidos en un texto en cuanto a virtudes y defectos más interacción hay entre éste y el lector.
La palabra más trivial se puede convertir en una auténtica bomba de relojería...o la mAs cotidiana o insustancial. Esta mala predisposición nos haría pasar por alto textos que contengan valía en cuanto a musicalidad o contenido.
|
portada | subir