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ÁRBITROS
Los árbitros están molestos. Me refiero, claro, a los árbitros de fútbol, pues en este país se entiende que arbitrar no significa dictar sentencia, sino que es un sinónimo de tocar el pito. De pitar, quiero decir. Están irritados porque les llueven las críticas de clubes y afición y se está poniendo en duda su imparcialidad. «Yo soy neutro», afirmaba años atrás uno de ellos levantando el mentón y frunciendo el ceño. Quería decir «neutral», claro, pero no estaría mal que los árbitros fueran también neutros, ni blancos ni negros, ni masculinos ni femeninos, sino angelicales. Claro que entonces, ¿contra quién descargaría sus iras el respetable que les falta al respeto con motivo o sin él, por puro desahogo sabatino o dominical? Simpáticos personajes, los árbitros. Cumplen una alta función social, la de atraer el malestar que los aficionados llevan al estadio desde sus casas, desde la oficina, desde el taller. Son una especie de contenedores en donde se vierte la basura emocional acumulada. Tal vez por eso, en compensación, forman el único gremio cuyos miembros son citados siempre con los dos apellidos. Medina Cantalejo. Mejuto González. Lizondo Cortés. Tiene algo de nobiliaria esta costumbre, un toque de señorío, de antiguo linaje, que parece haber sido impuesto para reclamar el respeto de la gente. Megía Dávila. Undiano Mallenco. Iturralde González. En cambio los jugadores achican cada vez más sus nombres de guerra, los vuelven diminutos e infantiles hasta la cursilería del hipocorístico: Ronaldinho, Carlitos, Gabi, Guti, Chengue. Vaya lo uno por lo otro. Unos se llevan la gloria y se hacen llamar como parvulitos y a otros les caen las broncas pero al menos hay que apellidarlos por partida doble. ¿Por qué antes eran simplemente Zariquiegui o Guruceta y un buen día hubo que empezar a llamarles Pes Pérez, Urízar Azpitarte, Andújar Oliver? Sin embargo eso no ocurre con los trencillas extranjeros. El italiano Colina es Colina a secas. Para algunos, el calvo Colina. Y sólo de vez en cuando, si señala un penalti en contra del equipo de casa, el cabrón de Colina. Lo de los dos apellidos seguirá siendo un misterio. Oigo una explicación que no me atrevo a dar por buena, aunque admito que tiene su lógica. Según quien me la cuenta, dado el protagonismo que a veces cobran las madres de los árbitros, es lógico que se den a conocer los apellidos maternos de éstos. Espero que sea por otro motivo distinto. Porque en tal caso no sólo comprendería que los colegiados dieran una rueda de prensa para expresar su disgusto, sino que les manifestaría desde aquí mi apoyo más incondicional.
Publicado en Diario de Navarra, 22.10.05
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2005-10-22 21:22 | 6 Comentarios
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Comentarios
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De: Zifra |
Fecha: 2005-10-23 00:04 |
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A los árbitros extranjeros se les nombra con un sólo apellido porque tienen un solo apellido... como todos los extranjeros (no iberoamericanos), árbitros o no.
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Me recuerdas el colegio, cuando se quería "nombrarle la madre" al árbitro, se le gritaba en coro: "Árbitro iiijuez". ¿Qué culpa tienen las madres de tener un hijo, en ocasiones, desfachatado? Como decía un colega, "sufren mucho las madres solteras con esos hijos cabezones". Pero sin árbitro no hay partido. Son un mal necesario. Qué tal un juego sin árbitro; habría que tener 22 jugadores iluminados, llenos de consciencia justiciera, para admitir sin broncas las adversidades.
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De: Juan Carlos |
Fecha: 2005-10-24 22:57 |
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Hola!
De verdad mi más sincera enhorabuena por estos escritos que nos llenan (por lo menos a mi).
MUCHAS GRACIAS Y SIGUE ASÍ!
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De: Delfín |
Fecha: 2005-10-25 11:16 |
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Se agradece, Juan Carlos.
Julio, sinceramente yo creo que hay mucho mito en torno a los árbitros de fútbol. Sólo son unos empleados más del circo. Lo que ocurre es que están a medio camino entre el chivo expiatorio y el déspota insolente. Y eso les otorga un nimbo de ángeles/diablos muy singular, lleno de matices, por decirlo de alguna manera.
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De: gloria benitez |
Fecha: 2005-12-10 02:01 |
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yo soy arbitro y no me parece necesitar doble apellido para que me reconozcan,casi siempre dicen "gloria" a secas,y en los partidos se acuerdan mas de mi esposo que de mi madre,sera por que soy mujer?
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De: sines |
Fecha: 2006-04-08 03:02 |
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Tengo entendido que a los árbitros españoles se les llama por los dos apellidos a raíz de que, en tiempos de Franquito, un árbitro se apellidaba Franco. Resulta que este árbitro no era muy bueno y la gente aprovechaba en los partidos para decir: "Franco es malísimo", "Franco nos ha robado", "Franco, hijo de..."
Para evitar confusiones, desde ese momento se (im)puso el segundo apellido a los trencillas.
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