ves esta página sin formato por que esta hecha cumpliendo el estándar web CSS 2.
tú navegador no soporta este estándar, o tienes dicho soporte desactivado.
si estas en el primer caso,
actualízate. merece mucho la pena.
Inicio >
Historias > CALLE
CALLE
Publicado en El Correo, 16.1.05
A los oídos de
Pavel Bém, alcalde de Praga, llegó el rumor de que los taxistas de la ciudad andaban estafando a los turistas. Y el alcalde decidió comprobar con sus propios ojos qué había de cierto en las habladurías. Así que, ni corto ni perezoso, se calzó una peluca engominada, pegose unos
mostachos falsos y unas gafas ahumadas y, aparentando ser un viajero italiano, salió a la calle
a coger taxis. El primero le cobró seis veces lo estipulado en las tarifas reglamentarias. Otro le engañó en el cambio de moneda. Cuando iban a clavarle el puñal de la estafa por tercera vez, el alcalde justiciero decidió salir del incógnito. Como en esas grabaciones de cámara oculta cuando llega el momento de descubrir el pastel, Bém se despojó del disfraz y, ante la mirada entre perpleja y abochornada del desaprensivo sobre ruedas, desveló su condición de ‘primator’. Bém cumplió lo prometido en su campaña electoral: tomar medidas para acabar con la corrupción. Este estilo teatral de conducir las naves públicas, sean altos gobiernos o municipios de chicha y nabo, goza de mucho predicamento social. A la gente suele gustarle que sus próceres se arremanguen la camisa y cojan el pico y la pala para arreglar los socavones. Así no pierden de vista la realidad, dice el tópico. De ese modo se enteran de
lo que vale un peine. Eso les hace ser como el ciudadano de a pie, ya que en lugares comunes andamos metidos. No hace mucho, la
consejera de Interior del Gobierno catalán dio una nota parecida. Un sábado por la noche giró visita a varios burdeles del territorio a su cargo para examinar si cumplían las normas higiénico-sanitarias y departir con varias trabajadoras del sector sobre pormenores del oficio. No seré yo quien critique estos
baños de realidad. Pero me pregunto si el alcalde Bém y la consejera Tura no tienen empleados públicos de confianza capaces de enterarse de estas y más cosas y luego procesarlas en un informe más detallado que la simple observación de un día. Al presidente Rodríguez Zapatero se le están amontonando las invitaciones para bajar a la calle. Cuando no es Ibarretxe quien llama al telefonillo con su
plan bajo el brazo, es Rajoy el que le invita al café de la concordia, o Carod empeñado en mostrarle algunos cruces de carretera peligrosos. Y hasta los abertzales intentan ahora llevarlo de ronda por los túneles de alcantarillado. Parece difícil que se pueda estar repicando y en tantas procesiones al mismo tiempo. Bueno es alternar con el personal, sea para cogerlo in fraganti como a los taxistas praguenses, sea para conocer mundo como la consejera catalana. Pero no es mejor estadista quien más
callejea, sino el que sabe tomar decisiones en su despacho. Que para eso cobra.
16 enero 2005
__________________________________________________________________
2005-01-17 01:00 | 1 Comentarios
Referencias (TrackBacks)
URL de trackback de esta historia http://romera.blogalia.com//trackbacks/25550
Comentarios
portada | subir