Festina lente

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DESPIDO

Publicado en Diario de Navarra, 14.8.2004

Que no se ocupe de ti el desamparo. Así reza un verso de la canción Noches de boda de Joaquín Sabina, y ese mismo deseo se lo ha manifestado la firma de telemarketing Sykes a treinta empleados de su centro de Lugo a quienes ha puesto de patitas en la calle. En los tiempos de precariedad que corren, lo del despido no es novedad. Pero sí lo son las exquisitas formas gastadas esta vez por la empresa. Para compensar que los echaban de la noche a la mañana y sin previo aviso, los jefes obsequiaron a cada nuevo parado con la pieza de Sabina interpretada por Chavela Vargas y con un libro del psicoterapeuta metido a cuentacuentos Jorge Bucay. Los cerebros de Sykes han ideado una nueva modalidad de despido, el despido sentimental, donde la tradicional y expeditiva patada en las posaderas del trabajador es reemplazada por un detalle cariñoso. Ustedes conocen la canción de Sabina. Es una letanía de buenos deseos que en la voz rasgada del bardo –y nada digamos en la aguardentosa de Chavela Vargas- adquieren un toque ambiguo, canalla, crepuscular. En cuanto al libro de Bucay, qué les voy a decir que no sepan. Este sujeto y otro que tal baila, Paulo Coelho, se han hecho dueños y señores del sírvase usted mismo psicológico merced a una literatura atestada de tópicos y de vaguedades para la autoayuda. Entre Bucay y Sabina hay un espacio de ternura y progresía new age, una especie de filosofía blandita y con encanto, muy apropiada para contrarrestar los efectos de ciertos malentendidos laborales. Sobre todo el peor de los malentendidos: que te echen. Sykes ha querido decírselo con arte. Y con consideración hacia las personas humanas. Es como si un atracador te pega un navajazo y con la otra mano te da un paquete de tiritas. Hace algunos años tuvo mucha popularidad la figura de un empresario vasco que se refería a sus empleados llamándoles «señores trabajadores», con el máximo respeto y sin distinción de rangos ni escalas, pero que a la hora de la verdad (y la verdad, ya pueden imaginarlo, suele ser el momento de la negociación, el reajuste, la deslocalización, la puerta) se los zampaba con patatitas como un tiburón de buena eslora sin dar el menor indicio de pesadumbre. Dando un paso adelante en el trato humano, los creativos de Sykes han elegido este kit sentimental del despedido con música para el corazón y lecturas para el coco, los dos órganos más perjudicados en estos casos después del estómago. Podrían haber añadido un jamón y operación perfecta. Aunque no sé si pensarán igual los afectados al oír a Chavela Vargas cantando «que la mentiras parezcan mentira» y «que no te duerman con cuentos de hadas».

José María Romera
14 agosto 2004

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2004-08-15 01:00 | 2 Comentarios