ves esta página sin formato por que esta hecha cumpliendo el estándar web CSS 2.
tú navegador no soporta este estándar, o tienes dicho soporte desactivado.
si estas en el primer caso,
actualízate. merece mucho la pena.
Inicio >
Historias > LA CODORNIZ
LA CODORNIZ
Publicado en Diario de Navarra, 17.7.04
Con seguridad más de uno de ustedes recordará aquella portada de
La Codorniz donde aparecía encuadrado el dibujo de un parte meteorológico en el que podía leerse: «Reina un fresco general procedente de Galicia». Esta ingeniosa alusión al dictador en tiempos de feroz control de ideas suele ponerse como ejemplo para destacar el papel que la añorada revista humorística cumplió durante el franquismo: un oasis de libertad de pensamiento que supo burlar la coacción de la censura. Todo esto sería muy bonito si no fuera por un pequeño detalle: esa portada no se editó nunca. No es que fuera prohibida por la autoridad. Es que a ninguno de los dibujantes y redactores de la revista se le ocurrió el chiste. Y sin embargo sigue habiendo quien afirma con la mejor fe haberlo visto publicado. La nostalgia es muy traicionera. Reconstruye espacios inexistentes de la memoria y embellece todo lo pasado por el solo hecho de serlo. En el caso de La Codorniz, no le negaré el mérito de haber introducido durante tanto tiempo un soplo semanal de aire fresco en el sofocante y sórdido ambiente de una época parda. Cumplió con su objetivo de ser «la revista más audaz para el lector más inteligente». Incluso a su manera se enfrentó a la dictadura, pero no mediante procedimientos revolucionarios, ni siquiera a través de la confrontación crítica. Lo que hizo fue actuar de contrapunto cómico al absurdo de una situación esperpéntica. El humor, ya se sabe, a veces es más subversivo que el levantamiento armado. Debió de ser la necesidad de sentirse acogidos por un hogar diferente lo que llevó a muchos ciudadanos no ya a leer entre líneas (cosa a la que tampoco invitaba La Codorniz), sino a imaginar que habían visto o leído cosas jamás publicadas. Esta es otra: una portada donde se veía un enorme huevo de gallina y, al pie, un rótulo: «El huevo de Colón». En letra más pequeña venía a continuación: «La semana que viene publicaremos el otro». Tampoco es cierto el chiste de la «moto verde» del «Marqués de Villa-Vespa», ni fue publicado nunca ese tan recordado número completamente impreso en negro, como representación del largo túnel que atravesaba la historia de aquel entonces. Siendo así, ¿cómo es posible que tanta gente se acuerde de aquello? No creo que todos mientan. En mi modesta opinión, la mayoría de quienes recuerdan aquellos falsos golpes de ingenio lo hacen porque necesitan convencerse a sí mismos de que no todo fue tan duro y tan opresivo. A su manera, La Codorniz cumplió por sí sola la labor liberadora: invitando a la risa. No es necesario colgarle medallas espurias ni inventarle leyendas heroicas.
José María Romera
17 julio 2004
____________________________________________________________________________
2004-07-19 01:00 | 2 Comentarios
Referencias (TrackBacks)
URL de trackback de esta historia http://romera.blogalia.com//trackbacks/20301
Comentarios
portada | subir